A la zancuda
En madera sangrienta,
Sus extremidades, ha posado.
Ella, tan frágil y ligera,
Alza vuelo hasta mi ladera;
Allí, de nuevo se posa cual libélula
Que ahonda en mis terrenos
Hasta la fuente de eterna primavera.
“son dogmáticos tus pensamientos e
inherentes tus deseos”. YO!
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